En elMes del Testamentoes importante reflexionar sobre este tema tan trascendental para la empresa familiar.
Uno de los grandes problemas que enfrentan las empresas familiares es el de la sucesión. Muy pocas cuentan con un protocolo establecido que les permita regular la transición a la siguiente generación.
No son pocos los casos en los que simplemente hablar del asunto genera conflictos entre las familias. Sin embargo, es un tema que debe enfrentarse a tiempo para determinar quién heredará la empresa y en qué términos, buscando siempre el equilibrio patrimonial y la preservación de la armonía en la familia.
En principio, no sería justo que todo el esfuerzo desarrollado durante largo tiempo por el empresario, fundador de la empresa (que en muchas ocasiones es el padre o abuelo de los herederos), no fuera canalizado de una forma adecuada y rigurosa, y que la empresa se perdiera al pasar a la siguiente generación.
Planificar la sucesión es parte importante de las acciones de gobierno corporativo. Es a este nivel que deben establecerse los procedimientos para el relevo generacional, encaminado a dar continuidad a la empresa, dejando en manos de los más capaces la dirección de la misma.
En este contexto, el testamento del empresario es una herramienta fundamental para sentar las bases de la sucesión de la empresa y dejar bien especificado cómo se repartirá la herencia y los legados, si los hubiera.
No es lo mismo herencia que legado
La herencia es universal; es decir, se refiere a todo lo que quede a la muerte de una persona, en este caso del empresario. El heredero es quien recibe todo: derechos, bienes, obligaciones y deudas. Por lo tanto, es la persona que se coloca en lugar de quien hereda, el continuador de la personalidad jurídica de la persona que muere.
El legado, en cambio, es particular, permite otorgar uno o varios bienes de la herencia a ciertas personas que quedan especificadas en el testamento. Esto permite al empresario, por ejemplo, dividir su patrimonio de modo que le deje algo a cada miembro de su familia y heredar a la persona que considere más capaz para quedar al frente de la empresa.
Al momento de hacer un testamento, hay tres opciones:
1. Transferir toda la herencia de manera universal y en partes iguales a todos los herederos.
2. Transmitir una parte en forma de legados y lo restante de forma universal.
3. Hacerlo todo en forma de legados.
Cuando se trata de una empresa, lo más conveniente es que este tipo de decisiones las tome el empresario en conjunto con sus órganos de gobierno corporativo, para determinar la mejor decisión para la familia y la empresa.
Si el líder de una empresa familiar muere sin dejar testamento, puede ocasionar graves conflictos familiares y societarios, pérdida de patrimonio, pugnas por el poder y el control de la empresa y, probablemente, juicios largos y costosos. Eso sin mencionar que muchas veces se llega al incumplimiento de las obligaciones corporativas a todos los niveles, lo que desencadena el cierre de la empresa.
Por tal motivo, hoy es el mejor momento para establecer reglas claras y específicas mediante un testamento y un plan de sucesión bien formulado, antes de que sea demasiado tarde.
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