La expansión del Internet ha permitido que las personas en todo el mundo puedan localizar, difundir, intercambiar y publicar información de forma relativamente fácil y rápida.
La mayoría de los contenidos que circulan en la Web (fotografías, imágenes, videos, audios, textos de todo tipo, música, presentaciones, programas, libros, revistas, diseños, caricaturas, etc.), mediante blogs, páginas Web y/o redes sociales, están sometidos a derechos de autor.
Los derechos de autor, son prerrogativas que se otorgan al creador de una obra artística, literaria, cinematográfica, escultórica, programas de cómputo, videos y demás; las prerrogativas que se otorgan a los autores se dividen en derechos morales consistentes en que aquellas personas que quieran reproducir su obra deban reconocer a su creador y derechos patrimoniales que se traducen en la obtención de ganancias monetarias por la explotación de su obra.
Con el desarrollo tecnológico, muchos de los trabajos que se ofrecen al público en formato digital, ya sean libros, grabaciones, fotografías y documentos, entre otros, tienden a estar cifrados con el propósito de controlar quién puede tener acceso, por cuáles medios y bajo qué circunstancias.
Aunque la legislación sobre el derecho de autor es muy variable de un país a otro, las mayoría de las leyes protegen la reproducción parcial o total de una obra, la modificación de ésta, y por lo tanto sancionan su difusión no autorizada y su utilización a título comercial o no comercial fuera de cualquier ámbito privado.
En el ámbito de la tecnología digital, es común que además de la existencia de los derechos de autor, inciden de manera importante las licencias de derecho de autor, derivado de la producción de conocimiento, de la creatividad y de la comercialización de toda clase de obras que circulan en la red. Las licencias sobre los derechos de autor de mayor aplicación, son las siguientes:
Open Access: El acceso abierto es considerado como el acceso en línea que se realiza de forma inmediata, gratuita, libre y sin restricciones. Hace énfasis en la educación abierta y a distancia, debido al aumento de publicaciones electrónicas, repositorios y bibliotecas digitales.
Copyleft: El usuario no adquiere la propiedad del programa, sino solo el derecho a usarlo. No puede mejorarlo, modificarlo o adaptarlo en forma alguna. A este esquema se le denomina “software propietario” y permite la difusión y distribución no comercial, incluyendo la copia íntegra del documento, su digitalización y distribución gratuita por Internet.
Creative Commons: Permite a quienes desean publicar en Internet —texto, música, imagen, vídeo, etc.— seleccionar al instante en su sitio web y sin ayuda de asesoría legal una serie de diversas “licencias tipo” que ya han sido redactadas por expertos en donde el autor selecciona ciertos derechos que él quiere otorgar a los que lo consulten, y ciertos derechos que él se reserva. Las combinaciones de derechos son muy numerosas haciendo que el autor pueda hacer una cesión pormenorizada de lo que permite y lo que no. La licencia queda adosada al documento en diversas modalidades.
Esta metodología ha sido adoptada ya en veinte países y está en vías de estudio en otros tantos más, entre ellos México, ya que simplifica enormemente el otorgamiento y retención de derechos en publicaciones electrónicas.
Así pues, salvo casos particulares como los documentos del dominio público o bajo este tipo de licencias, toda reproducción, utilización o difusión de una obra original en la Web necesita la aprobación previa de su autor. Autorización sin la cual puedes exponerte a la supresión de tu cuenta en redes sociales, a penalidades o incluso a procesos judiciales.
El respeto al derecho de autor es la paz
A continuación te damos algunos consejos y buenas prácticas para evitar la violación de derechos de autor en Internet.
Cuando tú eres el autor de una obra, se recomienda:
Que respaldes tu obra con copias impresas y registros fechados; guarda las distintas versiones de tu trabajo (bosquejos, maquetas, bocetos, borradores, planos, etc.) hasta la definitiva, de esta forma será más fácil probar un plagio.
Si deseas estar más protegido, registra tu obra ante un notario, un representante judicial o una sociedad de autores, lo cual tiene un costo, pero te brinda una mayor seguridad. Los tiempos de protección de una obra varían de un país a otro, por lo que te recomendamos consultar el del país en el que resides o en el que protegerás tu obra.
También puedes respaldarte en Safecreative.org. Es una opción, pero no todos los países lo reconocen. Siempre es mejor registrar tu obra ante un organismo oficial en tu país.
En la actualidad, existen diferentes programas (software) para detectar el plagio en línea.
Si utilizas información de distintas fuentes en Internet:
En la medida de lo posible, trata de publicar contenido original de tu autoría o propia creación.
Ten en cuenta que cualquier obra original goza automáticamente del derecho de autor, aunque no esté indicado expresamente, por lo que es recomendable citar la fuente de donde se obtiene la información.
No obstante lo anterior, sé cuidadoso y fíjate en los códigos de propiedad intelectual, como: el signo ©, las menciones «Copyright», «Todos los derechos reservados» o «All rights reserved». Mencionar los créditos correspondientes no siempre es suficiente, aunque siempre es recomendable.
Lo mejor es pedir autorización al autor para la reproducción total o parcial de sus contenidos. Si los derechos de reproducción y representación pueden ser cedidos a terceros, el procedimiento requiere de un contrato de cesión de derechos de autor entre ambas partes.
Si compartes algo en Youtube o Pinterest, por ejemplo, utiliza el URL fuente que proviene del sitio / blog que tiene los derechos sobre éste.
¿Qué hago si alguien está violando mis derechos de autor en Internet?
Si alguien viola tus derechos al utilizar tu obra en forma indebida, puedes hacer una denuncia y entablar una demanda civil. Sin embargo, la primera recomendación es que te pongas en contacto directo con la persona que está haciendo uso de tu obra, para tratar de resolver la situación antes de llegar a instancias mayores.
En el caso de que esta vía no resultara, tienes derecho a establecer acciones legales contra dicha persona, para lo cual es muy recomendable que busques a un abogado experto en propiedad intelectual para que te asesore.
¿Qué hago si se me acusa de violación al derecho de autor?
El día menos pensado te llega una carta, un email o algún tipo de notificación por parte del afectado o de su abogado… incluso una llamada telefónica para decirte que estás violando sus derechos de autor.
Te notificarán que debes tomar las medidas pertinentes para poner fin a esa situación, ya sea pagando la licencia correspondiente o cesando el uso del contenido en cuestión, ya que de otro modo podrías ser sujeto a un proceso judicial.
Busca asesoría legal con un abogado experto en propiedad intelectual, y llévale toda la información para poder determinar si la reclamación es o no válida, él te dirá lo que debes hacer.
Si se determina que efectivamente estás utilizando el contenido en forma ilegal (aun involuntariamente), tendrás que poner fin a la situación o entablar negociaciones con el titular para pagarle los derechos correspondientes, ya que de otro modo puedes estar sujeto a penalidades económicas.
Para finalizar
Conocer la legislación vigente sobre propiedad intelectual es indispensable, por un lado, para proteger de forma activa nuestros derechos como autores y desarrolladores Web; y por otro, como usuarios y consumidores de toda la amplia gama de materiales que circulan por la red, para no infringirla.
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