El mandatario estadounidense, Donald Trump, ha insistido en que el TLCAN ha sido uno de los peores acuerdos jamás firmados, en todos los tiempos, en cualquier parte del mundo, “y puedo entender, dijo, por qué México se está poniendo difícil, porque se salieron con la suya…”
A pesar de estas enfáticas y terminantes afirmaciones del Presidente, quien ha considerado necesario iniciar el proceso de salida de Estados Unidos del Tratado antes de que concluyan las actuales negociaciones con México y Canadá, nuestro país está listo para continuar con el proceso e iniciar la segunda ronda de negociaciones, con base en las cuatro prioridades planteadas desde el inicio, y que son: (i) fortalecer la región de América del Norte como una de las regiones más competitivas; (ii) avanzar hacia un comercio regional inclusivo y responsable; (iii) aprovechar las oportunidades que ofrece el sector energético, que permitan fortalecer la integración y seguridad energética de América del Norte y (iv) promover la certidumbre del comercio y las inversiones en América del Norte, para lo cual se requiere modernizar los mecanismos de controversias.
Independientemente de si las amenazas son reales o de si son meras estrategias de negociación para obtener beneficios, México deberá continuar, firme y congruente, durante todo el proceso. De hecho, la cancillería mexicana ha considerado los pronunciamientos como una “estrategia de negociación”.
No obstante, si el Presidente Trump insistiera en la terminación del tratado durante el proceso de negociación, entonces la postura de México, de acuerdo a lo dicho por el Canciller Mexicano, Luis Videgaray, será la de no continuar en la mesa de negociaciones.
Nuestra opinión es que no hay que “adelantar vísperas”. Estamos ante un complejo y delicado proceso de negociación, en el que cada parte está preparando cuidadosamente su estrategia y moviendo sus piezas – cual partida de ajedrez del más alto nivel – haciendo caso de la estrategia requerida para lograr sus objetivos. Por ello, el jaloneo e incluso las amenazas y advertencias, son parte de un juego natural para medir fuerzas y preparar el terreno para la batalla, pues los puntos más álgidos a negociar, con seguridad, aún están por venir.
Así las cosas. Por lo pronto, el Canciller Mexicano, tras una reunión con el Secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross y el representante comercial, Robert Lighthizer, acordaron trabajar de manera “seria” la renegociación.
Lo que sí nos queda claro, es que las amenazas del Presidente Trump pueden tener altos costos para su administración, no solo en el ámbito económico, sino también en el político, ya que buena parte de la comunidad empresarial de Estados Unidos se vería seriamente afectada, como los sectores agrícola, ganadero y automotriz, con lo que el déficit que tiene hoy Estados Unidos no solo no se aliviaría, sino que se agravaría. Además, desde un punto de vista legal no es tan sencillo para Trump ordenar el retiro, toda vez que estaría imponiendo regulaciones sobre el comercio y, consecuentemente, usurpando funciones del Congreso (una instancia que tendría que estar de acuerdo y participar).
México, por lo pronto, está enfocado en la 2a. ronda de negociaciones, a realizarse en nuestro país del 1 al 5 de septiembre, con miras a la modernización integral del TLCAN , con base en las cuatro prioridades planteadas desde el inicio.
Sin embargo, si el Presidente Trump decide retirarse durante el mencionado proceso, como ya dijimos, México abandonará la mesa y, en tal caso, habría que acogerse a las reglas de la Organización Mundial de Comercio, independientemente de que, en el futuro, los tres países miembros podrían buscar una nueva negociación de acuerdos que regulen el importante intercambio comercial de la región o, lo cual puede ser una posibilidad, empezar de cero con un nuevo tratado.
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